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::Diario de escritura: Superhéroes

Primera etapa: Pienso, luego escribo
El proyecto surge más o menos así: Cansado de trabajar inútilmente en mis novelas, decido proponerle a Patricia Vergara Adrianzen la posibilidad de publicar un nuevo libro. Como siempre, ella acepta la propuesta y me pide que le diga que tengo en mente. Es precisamente en ese momento cuando me doy cuenta de que, en realidad, no tengo ni una sola idea para ponerme a escribir, así que dejo pasar unas semanas a ver si la inspiración llega.

Una semana.

Dos semanas.

Tres semanas.

Cuatro semanas.

Bueno, resulta evidente que la inspiración está intentando eludirme, lo que no debería extrañarme ya que siempre ha sido bastante grosera conmigo.

Dejo de esperar a la inspiración y me pongo a pensar.

Pienso.

Pienso.

Pienso.

Dejo de pensar, tampoco se puede estar haciéndolo todo el día.

Sigo pensando.

Sigo pensando.

Sigo pensando.

No se me ocurre nada.

Nada de nada.

Nada.

Segunda etapa: Nada sale de la nada
He decidido dejar de pensar, porque eso tampoco parece dar resultado. Así que hago lo que más me gusta cuando decido dejar de razonar: Leer cómics de superhéroes. Busco el primer tomo de la edición de Panini del Spiderman de Straczynski y me pongo a leerlo.

Nada del otro mundo, claro, sólo eso que tanto me gusta: Una historia bien contada. Nunca me entero por que Peter Parker está separado de Mary Jean, pero tampoco me quejo porque los dibujos de John Romita Jr. son estupendos.

Y entonces pienso: Lástima que no lo leí cuando preparé la charla sobre Spiderman que di al principio de año para el grupo de jóvenes Jvn… Y es en ese momento cuando sucede… ¿qué decir…? ¡Ya sé! ¡Shazam! Llega la inspiración: Voy a escribir un libro sobre cómo los superhéroes se vinculan con nuestra vida.

Es la mejor manera que se me ocurre de transmitir lo que quiero.

Es la mejor forma de poder seguir leyendo el Spiderman de Stracynski sin sentir culpa.

Tercera etapa: Combustible mental
Mando a mi estimada Patricia la idea del libro, junto a otra más que se me ocurrió en estos días pero a la que todavía no veo tan clara. Me contesta que le interesan las dos, ¿por qué no empezamos con la de los superhéroes para febrero? Genial, contesto, ya me pongo a trabajar. Acto seguido, me arrojo de pleno sobre mi cama con el segundo tomo de The Authority bajo el brazo. Pienso en el capítulo dedicado a los héroes modernos, capítulo que probablemente nunca escriba, pero soy un experto en el difícil arte de autoengañarme.

Determino que Millar sabe lo que hace con los guiones, cosa que me gustaría poder decir de la relación que en este momento tengo mi libro, que ha pasado de ser un cachorro gracioso a un doberman insoportable en cuestión de segundos.

Cuando Midnighter quiebra su segunda columna vertebral dejo de pensar en el libro y me dedico sólo a disfrutar.

Si alguien pregunta, díganle que estoy llenado mi cabeza con combustible para mi próximo libro.

Si se lo cree, bueno… posiblemente estén frente a la persona más ingenua del mundo.